Los resultados muestran que el contagio entre la población de China es bajo, “indicando que el control de la epidemia ha sido exitoso”, afirma el Centro de Control de Enfermedades.
El equipo de Shi Zhengli indica que los murciélagos y posibles huéspedes intermedios del SARS-CoV-2 deberían buscarse no solo en China, sino también en otros países de Asia.
Los documentos abarcan el período entre octubre de 2019 y abril de este año. En concreto, “revelan lo que parece ser un sistema de atención de la salud inflexible, limitado por una burocracia de arriba/abajo y unos procedimientos rígidos que no estaban preparados para hacer frente a la crisis emergente”
Los expertos apuntan a que la primera transmisión humana puede haber tenido lugar en el subcontinente indio.
El 17 de noviembre de 2019 se reportó oficialmente el primer caso
El mundo entero desconocía que se trataba de una nueva enfermedad.
La comisión de la salud de Wuhan asegura que el producto no entró al mercado y se mantuvo sellado.
Mientras que el resto del mundo padece los embates de la segunda ola de la COVID-19, el virus en el gigante asiático parece ser solo un mal recuerdo.