Se trata de un avión de despegue y aterrizaje vertical, lo suficientemente silencioso como para no causar molestias en áreas urbanas.
Se trata del cuatro fracaso consecutivo en pruebas de cohetes desde diciembre.
Es el segundo estallido de este tipo de nave luego de la sufrida el pasado mes de diciembre por una nave de la compañía de Elon Musk
La aeronave no estaba tripulada y realizaba una prueba de vuelo a unos 40.000 pies (12 kilómetros) de altura.