Aunque el virus ha hecho presencia en todos los continentes con excepción de Australia, la llegada a la Antártida plantea preocupaciones específicas debido a la ya existente vulnerabilidad de estos animales ante el cambio climático
El A-68A ha alcanzado aguas poco profundas cercanas a la isla de San Pedro, donde puede encallar, cambiando por años el clima y el ecosistema de este importante santuario de pingüinos y focas.