En la ciudad de Wuhan (China), donde se originó el nuevo coronavirus hace ya casi un año, la vida regresó a la normalidad. Además, para sorpresa de muchos, se convirtió en uno de los principales focos turísticos de la nación.
Cabe precisar que solo durante la semana dorada, un periodo festivo en el país asiático que va del 1 al 7 de octubre, la provincia de Hubei atrajo más de 52 millones de visitantes que produjeron ingresos de cerca de 5,2 millones de dólares, informó el portal BBC.
Y Wuhan, la capital regional, albergó aproximadamente 19 millones de turistas, de acuerdo a los reportes del departamento de cultura y turismo de la provincia.
Paralelamente, en Francia, el gobierno impuso un toque de queda en 8 ciudades, incluyendo la capital; y en Reino Unido se vive un contexto parecido: varias regiones de Inglaterra volvieron a un confinamiento similar al de inicios de la pandemia. En América, la situación no es mejor.
Al otro lado del mundo, “la ciudad heroica” —como la ha nombrado el mandatario chino Xi Jinping—, el virus parece ser un recuerdo desagradable y sobre todo lejano, si se confía en los números oficiales.