El Estadio Alejandro Morera Soto, sede de la Gran Final entre Alajuelense y Herediano, vivió momentos de extrema tensión al finalizar el partido.
Tras la derrota de Alajuelense, la situación se desbordó en violencia, involucrando a jugadores, seguridad y aficionados.
La confrontación comenzó cuando un personero de Alajuelense le quitó la bandera de Herediano a un funcionario del Team. Luego, se desató una pelea entre jugadores de ambos equipos, y aficionados invadieron el terreno de juego para agredir.
En medio de la confusión, los agentes de seguridad privada intentaron controlar la situación, pero no lograron contenerla. La Fuerza Pública intervino, y en imágenes se observó cómo agredieron a Bryan Ruiz y a otros futbolistas.
La violencia no solo afectó a los jugadores y cuerpos de seguridad. Las imágenes mostraron cómo aficionados se peleaban entre ellos, pateaban portones del estadio e incluso increparon a los familiares de los jugadores de Alajuelense.
Por último, los jugadores de la Liga mostraron su molestia al finalizar el partido, cuando el Team salió a dar la vuelta olÃmpica. Parte de los futbolistas expresaron su malestar, lo que terminó en una pelea entre jugadores de Alajuelense y la Fuerza Pública.
La situación escaló a tal nivel que la premiación del torneo se trasladó al sector de prensa, dejando de lado la tarima.
Según reportes, se detuvieron hasta 10 personas durante los disturbios, mientras que otras fueron trasladadas a hospitales para recibir atención médica.
Frente a estos hechos, la Federación Costarricense de Fútbol emitió un comunicado en el cual rechazan “contundentemente” los actos de violencia. En su mensaje, la Fedefutbol hizo un llamado a todos los involucrados en el fútbol para analizar a fondo lo sucedido y evitar que estos episodios se repitan en el futuro.
Por su parte, la Unafut comunicó lo siguiente:
Alajuelense perdió la Gran Final ante Herediano lo que desató el enojo de gran parte de los aficionados manudos, hasta incluso de sus propios jugadores.