La inocencia de los niños no conoce de distinciones en cuanto a equipos rivales. Dos niños protagonizaron un tierno momento durante un partido de la Liga Internacional de Fútbol Infantil de Córdoba (LIFI) en Argentina.
Cuando el juego transcurría con normalidad y los niños esperaban un tiro de esquina, uno de los pequeños interrumpió para amarrar los cordones de un jugador del equipo contrario, pues se le habían soltado y él no sabía hacerlo.
El niño del San Buenaventura se arrodilla y con mucha paciencia le ata los cordones al jugador del Corazón de María. Luego ambos se levantan, se dan la mano y le partido continúa.
Una lección que nos recuerda que todos deberíamos tener muy presente esas acciones que son involuntarias cuando somos pequeños.