Miguel García, un vecino de San Vicente de San Carlos, descubrió su talento para la fotografía de manera fortuita. Intrigado por las historias que escuchaba sobre las maravillas naturales de una propiedad familiar, decidió explorar el lugar y quedó tan impresionado que sintió la necesidad de compartir su hallazgo con los demás.
Sin tener conocimientos previos ni equipo profesional, Miguel comenzó a capturar la belleza de su entorno con la cámara que tenía a mano. Gracias a su pasión y perseverancia, logró crear un registro visual tan cautivador que ha convertido a su propiedad en un destino turístico popular, atrayendo a visitantes ansiosos por conocer los paisajes que él inmortalizó.