La impunidad de la delincuencia en Costa Rica cobró una nueva víctima tras la muerte a causa de siete disparos de un capataz de un finca en Sarapiquí, hecho es la tercera ejecución, a manos de sicarios, registrado en un semana. La seguidilla de asesinatos en lugares públicos llenan de temor a la población, pero también evidenciarían la escalada de la violencia a nivel nacional.