El 15 de septiembre, mientras la mayoría de los costarricenses celebramos los 203 años de vida independiente, el prestigioso medio de comunicación de los Estados Unidos, The New York Times, publicó un amplio reportaje acerca de nuestro país titulado: “cómo un paraíso turístico se volvió un imán para el narcotráfico”.
En la información, posicionan a Costa Rica como el segundo país de transbordo de las miles de toneladas de cocaína que viajan de Suramérica hacia los Estados Unidos, superado tan solo por México.
Sin embargo, en la información con base a informes de inteligencia estadounidenses y entrevistas a las autoridades nacionales, destaca el uso que están haciendo los cárteles de la droga de una de las maravillas naturales que más nos enorgullece, nuestros parques nacionales.
“La zona cero de esta guerra contra la droga son los parques nacionales, donde caen los perezosos de los árboles, deambulan los jaguares y los guacamayos vuelan en círculos, los cárteles se enfrentan a poca resistencia. Apenas 300 guardas forestales son responsables de patrullar 1.2 millones de hectáreas del bosque protegido” destaca el medio estadounindense.
El principal problema, radican las decenas de miles de hectáreas que abarcan nuestros parques y la escasa presencia de los guardaparques que los vigilan.
“Por la noche los guardas se despiertan varias veces al mes por los vuelos razantes de aviones y helicópteros que aterrizan ilegalmente en el bosque, ‘No podemos hacer nada al respecto’, dijo Miguel Aguilar Badilla, que dirige un equipo que patrulla 31 mil hectáreas dentro del Parque Nacional Tortugero” añade el reportaje.
El trabajo especial destacó desde el tipo de armas que tienen los guardaparques, además de la carencia de comunicación efectiva dentro de los parques nacionales.