200 migrantes africanos se encuentran atrapados en la frontera entre Panamá y Costa Rica después de haber sido detenidos en Peñas Blancas, Nicaragua. Las autoridades costarricenses y panameñas se han desplegado para evitar su ingreso.
Los inmigrantes piden que se les autorice el paso, pues no quieren quedarse en nuestro país, sino alcanzar Estados Unidos. Sin embargo, el Presidente Solís decretó hace unos días cerrarles las puertas.