Las caminatas clandestinas inician en la madrugada con el fin de llegar a las partes más altas y riesgosas del volcán Turrialba a la hora del amanecer. Sin embargo, la cantidad limitada de funcionarios en este parque hace imposible regular esta actividad ilícita.
La tala ilegal, la cacería y las caminatas clandestinas superan la capacidad del SINAC. Hay un funcionario por más de 300 km2.