México activó su maquinaria diplomática contra la propuesta estadounidense de imponer un 5% de impuesto a las remesas.
La presidenta Claudia Sheinbaum envió un grupo de senadores a Washington para negociar con legisladores, tras expresar su rechazo al embajador estadounidense.
Esta medida afectaría directamente a millones de familias mexicanas que reciben anualmente más de $60,000 millones en remesas, principal fuente de divisas para el país.