Redacción
repretel.com
Pocas horas antes de la presentación de Foo Fighters en el Festival Estéreo Picnic en Colombia, se supo de la inesperada y dolorosa noticia de la muerte del baterista de la banda, Taylor Hawkins, que fue confirmada por la agrupación.
Según detalló Infobae, preliminarmente se conoce que el baterista se habría sentido mal, lo notificó al staff del Hotel Casa Medina, donde se hospedaban los Foo Fighters, pero, cuando llegaron los servicios médicos, encontraron Hawkins muerto en su habitación. Ahora el cuerpo del músico estaría en Medicina Legal.
Luis Carlos Vélez, director de la emisora La FM, detalló que fuentes oficiales habrían confirmado que el músico estadounidense fue visto por última vez el jueves en la tarde, cuando pedía ayuda en el lobby del Hotel Casa Medina, al norte de Bogotá, para poder usar Netflix, mientras sostenía una conversación telefónica.
Más de 24 horas después, el músico fue encontrado muerto en la habitación, donde las autoridades encontraron una lata de cerveza, una botella de vodka, un vaso de vidrio, una botella de gaseosa y 5 botellas de vidrio. También, según Vélez, se habría encontrado una sustancia en polvo blanca que se asemejaría, en palabras de uno de los agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá que accedió al sitio de la muerte de Hawkins, a la cocaína.
Esto apunta a que Taylor Hawkins podría haber fallecido por una sobredosis. La especulación se fundamenta por el antecedente de abuso de drogas, hecho que lo llevó a estar en coma por una semana, en el año 2001, cuando sufrió una sobredosis de heroína, explica Infobae.
El año pasado dio una entrevista donde habló de este suceso y aseguró, que desde aquel día, no había vuelto a consumir nada, estaba limpio:
“Cada uno tiene su propio camino y lo llevé demasiado lejos. Estaba de fiesta en Londres una noche y por error hice algo y cambió todo. Creí en el mito de mierda de vivir duro y rápido, y morir joven”.
Hawkins también manifestó:
“No estoy aquí para predicar sobre no consumir drogas, porque me encantaba hacerlo, pero me descontrolé por un tiempo y casi me atrapó. Me dirigía por un camino que iba a conducir a caminos aún peores. Ya sea que alguien esté sobrio, o le guste una copa de vino con la cena, o quiera una botella de Jägermeister antes de subir al escenario, o le guste fumar marihuana todo el día, todos tienen su propio camino, y lo llevé demasiado lejos”.
Concluyó diciendo:
“Me alegro de que me haya dado ese golpe en la cabeza. Tampoco quitaría nada de lo que he hecho o pasado, porque todo es parte del viaje”.