La Ruta 32 enfrenta una grave preocupación debido a la saturación del suelo en sus tramos montañosos.
Expertos han señalado que el paso podría ceder material en cualquier momento, especialmente con la llegada de la segunda quincena de octubre, que tradicionalmente registra la mayor cantidad de cierres anuales en esta vía.
Durante el fin de semana, una avalancha de material, equivalente a llenar unas 200 vagonetas o aproximadamente 2,500 metros cúbicos, obligó a cerrar la ruta, aunque ya se ha habilitado el paso en ambos sentidos hacia el Caribe.
Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, con 16 puntos de alto riesgo identificados por geólogos.
A pesar de la reapertura, la inestabilidad del terreno sigue siendo un desafío. Las lluvias continuas han llevado a que el terreno esté extremadamente saturado, aumentando el riesgo de deslizamientos.
“Quitar esa cantidad de material es una operación compleja, especialmente con el riesgo de que vuelva a ceder en las tardes lluviosas”, indicó Giorgio Murillo, director del Colegio de Geólogos.
La vigilancia constante es esencial, y cuando se detectan condiciones adversas, las autoridades cierran la ruta de manera preventiva para garantizar la seguridad de los usuarios.
A pesar de las advertencias, muchos conductores continúan transitando por las áreas afectadas, lo que complica aún más las labores de limpieza y representa un grave riesgo.
Las autoridades hacen un llamado a la población para que eviten el paso en días de lluvia y respeten las medidas de seguridad establecidas.
La variabilidad climática que afecta a Costa Rica aumenta la vulnerabilidad en diversas regiones del país, haciendo crucial que tanto ciudadanos como autoridades permanezcan alertas ante cualquier eventualidad en la Ruta 32.