Pablo y Chareen Whatley son una pareja de Leeds, Reino Unido, quienes estaban muy emocionados por el día de su boda. Para ello contrataron los servicios de la fotógrafa Chloe Johnston, a quien contactaron por Facebook.
La pareja le pagó 710 dólares para que inmortalizara todos los momentos de su boda, pero lamentablemente esas maravillosas fotos que Chloe les había prometido, jamás llegaron.
El horror comenzó en la ceremonia cuando la fotógrafa llegó 45 minutos tarde con una cámara digital semi-profesional y sin iluminación. En ese momento ya no se podía contratar a otro profesional así que simplemente confiaron en Chloe, quien les dijo que para compensar el retraso, ella les regalaría una sesión de fotos post-ceremonia.
Durante esta sesión la novia tuvo que aparecer sola, ya que la joven insistió en tomar las instantáneas en un bosque por lo que el novio quedó fuera al no poder seguirlas, por un problema en su rodilla.
"Se llevó a mi mujer, y aunque le sostuvo el vestido mientras caminaban por el terreno lleno de charcos, de todos modos se le rompió y quedó cubierto de lodo; nos costó 284 dólares limpiarlo", señaló el novio.
Semanas más tarde la pareja recibió el resultado de la sesión fotográfica de la boda.
¡Fotos mal tomadas y con una calidad espantosa!
La sorpresa mayor fue cuando se percataron que en muchas fotos aparecía ella en la cabina destinada para los invitados.
La pareja le envió un mensaje a la joven contándole que estaban muy tristes y decepcionados por las fotos y le pidieron que le regresara le dinero, Chloe se negó rotundamente, descargándose en su Facebook y seguir ofreciendo sus servicios de fotografía.
La pareja estaba tan indignada que decidió demandar a la joven. La corte decidió que Chloe debía reembolsar los 710 dólares que los Wheatley habían pagado y 49 dólares por los costos en los trámites en la corte, en total 860 dólares que la joven se negó a pagar, por lo que la pareja tuvo que contratar agentes judiciales para recuperar su dinero
La pareja dice que ya es demasiado tarde para conseguir buenas fotos, pero se sienten con la obligación de advertirle a otros, que investiguen bien antes de contratar servicios fotográficos en el día de su boda.