Otra vez el gobierno se ve envuelto en un escandalo por recolección de datos, esta vez fue en las pruebas FARO y donde se les consultó a los niños y niñas sobre situaciones socioeconómicas de su vida cotidiana.
Preguntas como si contaban en su hogar con tanque de agua caliente o bien lavadora automática marcaron la indignación de los padres de familia.
Esto culminó con la renuncia de Pablo Mena, Director de Gestión y Evaluación de la Calidad de las pruebas y además señalaron que pasará con la información reunida.
Según el comunicado del Ministerio de Educación Pública, todos los datos recogidos serán destruidos, por lo cual no se usarán.
Además de esto se iniciará una investigación sobre el caso.