Cuando parecía que el partido se encaminaba al empate apareció la cabeza de Gerard Piqué para batir a Cech y romper el muro checo. Así, España consiguió el gol que buscó desde el primer minuto ante una ultra defensiva selección de República Checa. Durante el partido, los vigentes bicampeones pecaron de excesiva lentitud en la circulación de balón, sobre todo en el centro del campo, donde la clarividencia de Fábregas brillaba por su ausencia. En ataque ni Nolito desbordaba ni Morata aprovechaba los balones que le filtraban Silva o Iniesta.
Cech fue el principal responsable de que el encuentro se marchara con empate a cero al descanso, deteniendo todas las embestidas españolas. En el segundo acto, el equipo de Del Bosque salió con otra actitud, presionando más arriba y encerrando a los checos en el área. No obstante la ocasión más clara llegó para los centroeuropeos con un cabezazo de Selassie despejado sobre la línea por Cesc.
El asedio español continuó en los últimos minutos. Una y otra vez se acercaban con peligro colgando balones al área, hasta que el mago Iniesta puso un centro espléndido que remató Piqué. Gol de España y 3 puntos para La Roja en su debut.