Los pescadores de Puntarenas aprovechan la cercanía de Semana Santa, época en la que más demanda de pescado existe, para planificar las jornadas que permitan abastecer a sus clientes y sumar ganancias extras por las ventas poco usuales durante el año. Este oficio, muchas veces, es heredado entre generaciones y permiten una cosecha marina respetando las vedas.