La familia Horne jamás imaginó que perderían a su pequeño hijo Charlie de 2 años y menos por un descuido de ellos mismos. Su madre, Jenny, se esforzaba para que el pequeño estuviera seguro en casa, incluso fijó el armario en la pared para que no cayera sobre su hijo.
Pero olvidó algo muy importante… Un día Charlie se subió sobre una mesita del tocador, de menos de un metro de altura, la que terminó cayendo sobre el pequeño y aplastándolo mortalmente.
La familia Horne quedó destrozada y para superar la tragedia decidieron dedicar su vida a evitar este tipo de situaciones y han creado esta importante campaña para que ningún padre tenga que lamentar la muerte de un hijo a causa de algo que se pudo haber evitado.