Panamá registró este jueves la cifra inédita de 12.351 nuevos casos de COVID-19, además de 11 muertes, en plena cuarta ola pandémica impulsada por la variante ómicron, que está llevado a más pacientes a los hospitales.
En las últimas horas se aplicaron 36.057 pruebas para detectar la enfermedad, que arrojaron una positividad de 34,3 %, lo que refleja la alta velocidad con la que se propaga el virus y el importante esfuerzo para el diagnóstico de la enfermedad.
Así tras más de 22 meses de pandemia, este país centroamericano de 4,28 millones de habitantes acumula 614.957 contagios confirmados y 7.565 fallecidos por el nuevo coronavirus, indicó en su informe diario el Ministerio de Salud (Minsa).
Hay 71 pacientes en unidades de cuidados intensivos (UCI) y 629 en sala, unas cifras que reflejan un aumento en las hospitalizaciones – hace un mes eran 19 y 127, respectivamente- pero mucho más lento que el de los nuevos casos de COVID-19.
Las autoridades han resaltado la resiliencia del sistema sanitario, que ha sido reforzado a lo largo de la pandemia con el aumento de camas, equipos y personal.
Aislados en sus casas hay 76.228 infectados por el nuevo coronavirus y otros 510 están en hoteles, unas cifras muy por encima de los 3.837 y 166, respectivamente, que había hace un mes.
Las autoridades han admitido que Panamá aún no llega al pico de esta cuarta ola pandémica, que se está enfrentando con medidas de bioseguridad y la vacunación y sin la implementación de restricciones a la movilidad más allá de la prohibición de las aglomeraciones públicas.
En cuanto a la vacunación, hasta este jueves se han administrado 6.861.327 dosis de las vacunas de Pfizer, el principal proveedor del país, y AstraZeneca, a personas de 5 años en adelante, la población objetivo del programa que comenzó hace un año.
La cobertura de la población meta llega ya al 80,2 % con una dosis y 71,7 % con dos, mientras que se han aplicado 823.530 refuerzos – autorizado para mayores de 16 años – y 9.469 tercera dosis a pacientes inmunosuprimidos.