Desde el pasado 10 de mayo se han venido gestando de las tormentas solares geomagnéticas más fuertes de los últimos 20 años.
El Sol cuenta con una atmósfera, en esta ocurren erupciones que pueden producir alteraciones en el campo magnético de la Tierra. La mayor estrella de la Vía Láctea emite una gran cantidad de partículas cargadas de radiación electromagnética, que al final interactúan con el campo magnético terrestre.
El fenómeno puede tener una explicación, las eyecciones de masa coronal (CME). Son erupciones junto a corrientes de viento de alta velocidad que viajan por todo el espacio.
Ahora, las auroras boreales se hacen porque partículas del Sol chocan con los gases de la atmósfera terrestre. El color hace alusión a la capa da la atmósfera con que se interaccionó. La tormenta genera que esos gases se quemen y brillen.
El fin semana pasada se registró una tormenta geomagnética extrema, de categoría G5 (la más alta de todas), provocando que se pudieran visualizar auroras boreales hasta en sitios que no esperan normalmente, tal es el caso de España o México.
Dichas tormentas solares provocaron interferencias en comunicaciones de radio, sistemas de GPS, daños en satélites y redes eléctricas.
Con estos insumos y entendiendo la situación, la NASA emitió un mensaje donde explica si estas tormentas producidas por el Sol pueden generar una afectación en las personas.
Resumen que los que están la superficie terrestre no sufrirán ningún daño, pero que vuelos en las zonas polares se podrían atrasar o desviar, porque el campo magnético es más débil conforme haya más altura.
No descartan complicaciones por tema de radiación en los astronautas en el espacio.
Con información: NASA, Infobae y National Geographic.