El caso de las fotografías no autorizadas de Archie, el pequeño hijo del príncipe Harry y Meghan Markle, tomadas de mala manera en el patio trasero de la mansión que arrendaron en sus primeros meses en Estados Unidos, ha sido resuelto. Y el resultado legal, revelado el jueves por los duques de Sussex, ha dejado a una de las agencias de paparazzi más grandes de Hollywood con el rabo entre las piernas.
En julio pasado la pareja presentó una demanda en los juzgados de Los Ángeles, Estados Unidos, contra los paparazzi que sobrevolaban drones sobre su residencia en California para obtener fotografías e imágenes de su vida privada. Harry y Meghan, que residen en ese estado desde hace unos meses, indicaron en su denuncia que algunos fotógrafos llegaron a volar drones “a apenas 6 metros de su casa” y en ocasiones hasta “tres veces al día”. “Otros han volado helicópteros sobre el patio trasero de la residencia, tan temprano como a las 05.30 a.m. y tan tarde como las 07.00 p.m., despertando a los vecinos y a su hijo, día tras día. Y otros incluso han hecho agujeros en la valla de seguridad para mirar a través de ella”.
La demanda argumentaba que trataron de ignorar las imágenes hasta que descubrieron que el objetivo principal de los fotógrafos era su hijo Archie, de un año. Algo que calificaron de “serias intrusiones en la privacidad de un niño de 14 meses en su propia casa” y justificaban la denuncia por “el deseo y la responsabilidad de cualquier padre de hacer lo que sea necesario para proteger a sus hijos de este frenesí de publicaciones”.
Pues bien, ahora los duques de Sussex han conseguido su primera victoria judicial al ganar la demanda por las fotografías que se publicaron de Archie mientras estaba jugando en el jardín de la casa de Tyler Perry -donde vivieron de marzo a julio- junto a su abuela materna, Doria Ragland. Tras el fallo, la agencia de noticias X17 deberá entregar las fotos realizadas a la familia, destruir las copias en sus archivos y tienen prohibido volver a distribuir fotos de ellos y de su hijo en terrenos privados, publica The New York Times.
Además, los dueños de la agencia deberán pagar parte de los costos legales y pedir perdón públicamente: “Pedimos disculpas al duque y la duquesa de Sussex y su hijo por la angustia que hemos causado. Nos equivocamos al ofrecer estas fotografías y nos comprometemos a no volver a hacerlo”, publicó la agencia a través de un comunicado.
Unas imágenes que, gracias a la rápida reacción de Harry y Meghan, no se llegaron a publicar en Estados Unidos y Reino Unido, aunque no pudieron evitar que se vieran en Alemania. La revista alemana se salvó de la condena porque la agencia mintió al venderlas, asegurando que se habían realizado en suelo público.
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