Tras más de 48 horas después de que se diera a conocer la inesperada muerte de Julián Figueroa, Maribel Guardia se armó de la poca fuerza que tiene para salir y hablar por fin ante los medios de comunicación.
La actriz de 63 años estuvo acompañada de su nuera Imelda Garza-Tuñón. Ambas se notaban desconsoladas; sin embargo con mucha entereza, ella contestó algunos cuestionamientos de la prensa.
“Era el niño de mis ojos, ha sido muy duro perderlo, Dios me lo dio y Dios me lo quitó”, dijo la sin poder contener el llanto.
“No aterrizaba ayer todavía, pero ahora que llegaron las flores y la casa está tan linda y con tanta buena energía y tanto cariño, además no esperaba que la gente me dijera tantas cosas tan lindas, se los agradezco mucho”, continuó.
Además pidió a la gente que la escuchó que rezaran mucho por su hijo y por ellas. “Le pido a Dios y a todos los que nos están viendo que vean a sus hijos crecer, casarse, tener nietos, triunfar y que sus hijos los entierren a ustedes”.
Finalmente entre lágrimas Maribel agregó, “no hay dolor más grande que enterrar a un hijo y pasar este dolor tan grande que no se lo deseo a nadie”.