Ligia Madrigal hizo historia ser la primera tica en llegar a la cima del mundo, el monte Everest, pero es mucho más que eso: diseñadora gráfica de profesión esposa, madre, amante de los animales y un atleta imparable.
“Era como caminar en un sueño y ya en el momento que llegué ahí yo me acuerdo que no lo podía creer, verdad, todo era como muy confuso es que no puede ser, no puede ser que lo logré y me acuerdo que lo primero que pensé es que dije, Fede y Fernanda van a estar muy felices” señaló Ligia Madrigal.
Desde los cuatro años su vida gira en torno al deporte, primero la natación, fue campeona nacional de mountain bike, el cinturón negro de karate y por supuesto amante de conquistar las montañas pero uno de sus mayores orgullos tiene nombre de mujer María Fernanda.
“Yo decía que yo quiero ser mamá me encantaban los chiquitos y yo creo que el día más feliz de mi vida fue el día que María Fernanda nació”.
Su hija de 16 años muestra claramente la admiración que le tiene a su madre.
“Me genera obviamente mucho orgullo verdad porque no es como algo que uno ve siempre y más que todo como satisfacción porque yo sé todo lo que ella hizo para poder lograr hacer eso como todo lo que se esfuerzo el trabajo, buscar patrocinios todo lo que hizo para llegar a esa meta” señaló su hija, María Fernanda.
El traje que usó y que puede soportar hasta menos 40 grados de temperatura, es un recuerdo de su hazaña.
También conserva un reconocimiento que le dio al gobierno de Nepal y para ella todo es fruto del esfuerzo la disciplina y de soñar.
A sus 50 años, Ligia Madrigal se mantiene más fuerte que nunca, inspira también a su hija para lograr escalar las montañas a las que se enfrentan cada día, pero sobre todo a disfrutar el viaje.