En un emotivo relato, doña Katia compartió su experiencia tras la búsqueda de su hijo, Isaac, en un lugar complicado donde las condiciones hacían la labor de rescate aún más desafiante.
Con gratitud, expresó: “Primero que todo, quiero agradecer a Dios. Hicimos una oración y le entregamos todo en sus manos”.
Doña Katia relató cómo, después de llegar al lugar donde su hijo había caído, pudo identificar la zona exacta.
“Vi donde él cayó y me acerqué a la orilla. Les dije: ‘Aquí está, él se fue para allá’, y así fue como sucedió”.
La angustia se intensificó al ver el casco y la bota de su hijo, un momento que significó la confirmación de sus peores temores.
La situación se volvió más complicada cuando los rescatistas le pidieron que se alejara.
“Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza al saber que él estaba ahí. Les dije que ahí estaba, pero me dijeron que debía salir para continuar con la búsqueda”, compartió con tristeza.
Doña Katia también expresó su dolor al tener que alejarse, aunque sentía que debía estar presente.
“Hoy sentí que tenía que estar allí para que Dios me lo regresara”, indicó, mientras agradecía a la comunidad de Abangares y a todo Costa Rica por el apoyo recibido.
“Gracias a todos mis sobrinos y hermanos, estoy profundamente agradecida por haber hallado a mi hijo”.
Este testimonio destaca no solo el dolor de una madre, sino también la solidaridad y el apoyo de una comunidad unida en momentos de crisis.