Andrés Soto Solís
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La bomba del torneo volvió a explotar en tierras rojinegras, ya se está haciendo costumbre que los manudos presenten jugadores de peso o llamativos cada mercado de piernas, esta vez la bomba vino desde Tibás, donde la Liga obtuvo al mejor jugador de su archirrival gratis.
Sin embargo la llegada de Johan Venegas no ha sido al 100% bien recibida por la afición, muchos recuerdan la forma en como dejó al club y la manera en como se refirió al Saprissa, donde señaló que quería retirarse jugando.
Es ahí el primer gran reto de Venegas, mostrar un nivel digno de Alajuelense y hacer olvidar con su fútbol las palabras y acciones que lo llevaron a ser un jugador non grato en el Alejandro Morera Soto, en donde la afición manuda hasta le dedicó canticos en contra.
El segundo gran reto de Venegas es cargar con la sombra de un super fichaje de Alajuelense que se fue, la sombra de Álvaro Saborío pesa y en tan solo cinco meses fue pieza importante para el club, no solo con goles sino también con liderazgo positivo, no había conferencia de prensa con algún jugador joven manudo y que no destacara la alegría, paciencia y buenos consejos que dejó Álvaro Saborío en ellos, ahora Venegas con 32 años tendrá que tomar una postura de liderazgo en el ataque manudo y aportar su experiencia y talento.
La última gran tarea del “Cachetón” de manera individual va a ser mantener o mejorar su nivel goleador, 58 goles con Saprissa hablan de su gran rendimiento, además que fue el jugador más determinante de los morados en torneos internacionales, situación que le interesa mucho a Alajuelense que busca trascender en ese aspecto.
Sin goles los demás objetivos serán difíciles de cumplir para el delantero que demostró en su paso por Saprissa que puede ser un 9 de confianza o bien jugar como mediocampista ofensivo o de extremo por derecha y por izquierda.
Alajuelense gana bastante en lo futbolístico con Johan Venegas, pero su incorporación no será tan fácil luego de su pasado por Saprissa.
Estos son algunos casos recientes de jugadores que pasaron de Saprissa a Alajuelense:
Armando el “Caya” Alonso
Armando Alonso es un gran amigo de Johan Venegas, incluso en una entrevista Alonso señaló que Venegas lo ve como un hermano mayor, para el Caya no fue fácil ganarse a la afición manuda luego de jugar con Saprissa, que incluso en alguna parte del estadio cada vez que ingresaba de cambio criticaban su llegada al club.
33 goles después, una trabajo extenuante con Óscar Ramírez, campeón y cambiando las criticas por aplausos, Armando Alonso se ganó el respeto de los aficionados manudos que lo vieron jugar de defensa derecho, extremo, mediocampista ofensivo, defensivo y de delantero centro.
Rolando Fonseca
Fonseca no tuvo tanto tiempo de dudas por parte de los aficionados, para los manudos en ese entonces quitarle a Rolando a Saprissa fue como dar un golpe de KO a una afición que tenía en el “Rolo” al “Principito” y que por situaciones de la vida terminaba vistiendo los colores del archirrival.
El profesionalismo de Fonseca le permitió volver en varias ocasiones a Saprissa y a Alajuelense, teniendo el respeto del fútbol nacional por sus goles y participaciones memorables.
Alejandro Alpízar
Vivió una de las mejores épocas del Saprissa, fue jugador determinante junto a futbolistas como Walter Centeno y Alonso Solís, pero decidió volver a la casa que lo vio nacer, el sentimiento por los goles en contra recibidos se mantenía en la afición manuda, pero así como Fonseca, la receta del “Matador” fueron los goles.
Alpízar se convirtió en referente en su segunda etapa como rojinegro y alejó a los fantasmas de haber jugado con el archirrival.
Froylan Ledezma
De todos los que repasamos podríamos señalar que este es de los jugadores que se podrían catalogar ídolos rojinegros, fue la venta más importante del club, además su talento no se ha vuelto a ver ni tan si quiera similar en algún jugador nacional y a los 18 años ya era toda una figura rojinegra.
El “Cachorro” regresó a Costa Rica y vistió la morada, también la camiseta rojiamarilla, pero además de su talento, el delantero siempre profesó su amor por Alajuelense y eso permitió que su llegada a la Liga fuera una fiesta.
Ganó la Concacaf ante el Saprissa donde fue protagonista y en su último regreso logró retirarse con la camiseta de su corazón la rojinegra.
Álvaro Saborío
El último caso de un jugador morado que llegaba a Alajuelense antes de que se diera a conocer lo de Venegas fue Álvaro Saborío.
Saborío llegó con 38 años, luego de una lesión con San Carlos que no le permitió jugar mucho y con un pasado morado, pero en cinco meses Saborío se ganó a la afición manuda.
Seis goles, entrega, liderazgo y un ambiente muy positivo a su alrededor en el camerino, le abrieron las puertas del corazón de los manudos quienes pidieron incluso que no se fuera del club, sin embargo el “Chompipe” decidió regresar con su familia en San Carlos.
Saborío firmó un gol que fue determinante ante el Saprissa en Tibás, situación que le ayudó a enamorar más a los aficionados rojinegros.