Los servicios de inteligencia de Reino Unido y Estados Unidos habían avisado del riesgo de atentado en Kabul (Afganistán) y este 26 de agosto finalmente llegó. Fueron dos explosiones suicidas en los alrededores del aeropuerto de la capital que dejaron casi un centenar de víctimas y una enorme devastación.
Las imágenes, en este sentido, son duras y muestran la magnitud de ambos ataques. Mientras que los heridos buscaban tratamiento en el hospital, en el lugar de la tragedia estaban los rastros de sangre y las pertenencias abandonadas de los afectados.
Los atentados han sido reivindicados por la rama afgana del Estado Islámico y llegan en un momento en el que las principales potencias occidentales aceleran la evacuación de Afganistán tras la toma del poder por parte de los talibanes.