En Piedades de Santa Ana, Misael Núñez y Carlos Guadamuz se encargan de mantener viva una antigua tradición al aporrear frijoles como lo hacían sus antepasados.
Este par de amigos, de 80 y 75 años respectivamente, espera con ansias el verano para aporrear aproximadamente 25 kilos de frijoles en casi dos horas.
Una vez completado el proceso, invocan cariñosamente al viento “Julián” para que se lleve toda la basura y queden los frijoles listos para preparar.