La anosmia o pérdida de olfato es uno de los sÃntomas que experimentan los pacientes afectados por Covid-19, especialmente cuando la enfermedad no representa un caso de gravedad. Aunque las secuelas pueden ser persistentes y muy incómodas, perder el olfato también podrÃa estar asociado a una mayor y más duradera respuesta inmunitaria.
Investigadores italianos detectaron que los pacientes recuperados de coronavirus que padecieron anosmia durante o después de la infección tenÃan, cinco meses después, 2,75 más posibilidades de haber aumentado sus anticuerpos que el resto de los participantes en el estudio.
“Hemos descubierto que hay varios sÃntomas asociados a una mayor tasa de anticuerpos, sin embargo, solo la anosmia/ageusia y el dolor de pecho estaban vinculados a los mayores coeficientes”, explican los investigadores en su artÃculo, aún no revisado por pares, publicado el lunes en el portal medRxiv.com.
El estudio se realizó mediante el seguimiento y testeo de 4.735 profesionales sanitarios de 10 centros de salud del norte de Italia en un periodo en el que la curva de contagios fue prácticamente reducida a cero, por lo que los investigadores han descartado que ese auge en los anticuerpos pudiera deberse a nuevos contactos con el virus.
La razón por la que los pacientes con anosmia han marcado una diferencia tan importante estarÃa en que el SARS-CoV-2 podrÃa persistir durante largo tiempo en el bulbo olfatorio, haciendo que el sistema inmune continúe produciendo anticuerpos y, también, provocando que la anosmia continúe en algunos pacientes durante semanas o meses.
Aunque aún existen más preguntas que respuestas sobre la duración de la inmunidad frente al Covid-19 en pacientes que han pasado la infección, existe un consenso cientÃfico sobre que ésta dura al menos seis meses en el caso de pacientes sintomáticos, consigna 20 Minutos.
Este estudio también vino a confirmar que los niveles de anticuerpos se reducen paulatinamente en menos de cinco meses en el caso de los pacientes recuperados que pasaran la enfermedad sin sÃntomas, aunque todavÃa hoy no está claro hasta qué punto la ausencia de anticuerpos detectables en sangre implican ser vulnerable a una reinfección.
Junto a la creación de anticuerpos, el individuo infectado también genera una respuesta de células B, llamadas “de memoria” y que son, de hecho, las responsables de la producción de los anticuerpos especÃficos contra el virus. En caso de volver a entrar en contacto con el virus, estas células podrÃan reactivar la respuesta inmunitaria, aunque ya hayan desparecido los anticuerpos.
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