La niña debe tener 11 años y posa junto a un pederasta tres décadas mayor que ella, con quien fue obligada a casarse en Afganistán. La imagen fue capturada en 2005 por Stephanie Sinclair, fotoperiodista estadounidense de National Geographic cuyo trabajo se centra en cuestiones de género y derechos humanos, quien volvió a publicar la imagen el pasado jueves 19 de agosto tras el retorno de los talibanes.
Aunque fue tomada hace 16 años, refirió Sinclair, su contenido es más relevante que nunca, ya que muchas mujeres y niñas se preguntan cómo será su vida después de que los insurgentes volvieron.
“A 20 años de la invasión estadounidense en Afganistán, que ha expulsado a los talibanes del poder, el mundo está siendo testigo de un retroceso dramático en la historia reciente de los derechos de las mujeres y las niñas”, señaló la fotoperiodista.
“Poco después de que los talibanes volvieran al poder, comenzaron a circular informes sobre crímenes de guerra y violencia contra las mujeres, incluidos secuestros, golpizas y matrimonios forzados de niñas con los talibanes”, detalló.
Durante décadas, las mujeres y niñas afganas han buscado valientemente su libertad y sus oportunidades. Pese a que los insurgentes prometieron respetar los derechos femeninos, borraron fotos de mujeres de las calles de Afganistán.
Entre 2003 y 2005, la fotógrafa retrató a menores afganas que se habían quemado. La mayoría se había casado entre los 9 y los 13 años. El resultado fue su contribución a la exposición de la Bienal de Whitney de 2010, titulado Autoinmolación en Afganistán: un grito de ayuda.
En su reciente post de Instagram, Stephanie Sinclair reveló el mensaje que le envió una de sus amigas, quien es periodista afgana.
“Mi corazón se está rompiendo en pedazos. Durante siglos fuimos víctimas de guerras, como niños, como adolescentes, como madres. Siempre como mujeres. No queremos ser esclavos para ser golpeados y abusados. No queremos que estos 20 años de progreso simplemente se vayan, desaparezcan”, fue el texto compartido.
De acuerdo a una nota de National Geographic, Stephanie Sinclair lleva 13 años fotografiando el matrimonio infantil. Too Young Too Wed, la asociación sin animo de lucro, fue fundada por ella en 2012 para abogar por el fin de esta práctica.
“Mi primer encuentro con el matrimonio infantil fue en Afganistán en 2003. Me horrorizó la historia de unas niñas que se prendían fuego a sí mismas. Después de investigar un poco, descubrí que una de las razones por las cuales tomaban esta decisión tan drástica era que las habían obligado a casarse siendo niñas”, comentó para la revista.
“Cada vez que me encuentro con una niña en cada país se me rompe el corazón, particularmente con las que casan con hombres mayores. Cuanto más persigo este fenómeno, más lo intento desentrañar. El trauma de estas niñas, que las acompaña hasta una edad adulta, aún está presente cuando hablas con ellas de sus experiencias”, denunció.
Peligro para mujeres afganas
Durante su represivo gobierno anterior, los talibanes excluyeron a las mujeres de la vida pública, las diversiones fueron prohibidas y se impusieron terribles castigos como la lapidación a muerte para las adúlteras.
Este domingo, el ministro talibán de educación superior anunció que serán autorizadas a estudiar en la universidad, pero se prohibirán las clases mixtas bajo su mandato.
El grupo islamista radical, que tomó el poder a mediados de agosto tras sacar al gobierno pro-occidental, ha prometido actuar de forma diferente a como lo hizo en su anterior período en el poder —entre 1996 y 2001― cuando a las niñas y mujeres se les prohibió ir a la escuela.
“El pueblo de Afganistán seguirá teniendo educación superior según las reglas de la sharia (ley islámica) que veda las clases mixtas”, señaló el ministro Abdul Baqi Haqqani, en una reunión con hombres mayores, conocida como la loya jirga, el domingo.