A Wayne Rooney, la detención que sufrió el 1 de septiembre, cuando lo arrestaron por conducir ebrio, podría salirle muy cara. No por alguna multa o por el castigo que planea el Everton: su problema con el alcohol podría ser el detonante para que deje el fútbol (al menos temporalmente).
Ocurre que Coleen McLoughlin, su esposa, le pidió que dejara su actividad profesional, al menos por el momento, para enfocarse en resolver su problema con la bebida y así "salvar su matrimonio". Esta es la versión que cuenta The Sun.
Coleen está embarazada de su cuarto hijo y, según especulan en Inglaterra, le dio un ultimátum al ex jugador del seleccionado inglés.
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El futbolista de 31 años había sido arrestado cerca de su domicilio en Cheshire, en el noroeste de Inglaterra. Manejaba ebrio luego de tomarse algunas copas en un bar y no iba solo: lo acompañaba Laura Simpson, una joven de 29 años a quien se había ofrecido a llevar a casa.
Rooney fue puesto en libertad y deberá presentarse en el Tribunal de Stockport el 18 de septiembre.
A la esposa de Rooney no le importa que su marido haya sido encontrado con otra mujer cuando manejaba luego de beber. Lo que preocupa a Coleen es el problema del ex astro del Manchester United con la bebida.