En los últimos dÃas, una foto de un niño ha dado la vuelta al mundo y conmocionado a la sociedad. Se trata de Gabriel Silva, un pequeño de 12 años, que el pasado 8 de noviembre encontró un abollado arbolito de Navidad, de apenas 30 centÃmetros, en el vertedero en el que habitualmente rebusca, junto a su madre, para poder sostener a la familia.
El menor vive con su progenitora y dos hermanos mayores en el pequeño municipio de Pinheiro, en el estado brasileño de Maranhao, en una precaria casa de adobe. Cuando no tiene clases, acompaña a su madre en la recolección de residuos.
“Nunca tuve un árbol de Navidad en casa”, afirma el joven, que sueña con ser futbolista profesional.
La imagen, recogida por un fotógrafo colaborador de AFP, ha levantado la solidaridad de muchos ciudadanos que no han dudado en realizar donaciones con las que esta humilde familia pasará mejor estas fiestas navideñas.
Un nuevo árbol de Navidad artificial con adornos, una bicicleta y cestas de comida son algunas de las cosas que han llegado a esta familia, que sobrevive realizando esta actividad.
Tras el impacto que ha provocado la imagen, el alcalde del municipio se ha comprometido a pagarles una mensualidad de 100 reales (alrededor de 18 dólares) y a construir un vertedero público acorde con los estándares sanitarios.
Alrededor del 24,1 % de los 213 millones de ciudadanos brasileños vivÃan por debajo del umbral de la pobreza en 2020. Tras la crisis del coronavirus, y con el actual rápido aumento de la inflación, la situación ha empeorado en los últimos meses.