Si necesitas adelgazar y estas pensando en llevar a cabo una dieta, pero a la vez la pizza es tu debilidad, estás leyendo el artículo correcto.
Se trata de la dieta de la pizza, defendida por el chef italiano residente en Nueva York, Pasquale Cozzolino, quien asegura que perdió más de 40 kilos comiendo esta deliciosa preparación.
Su mudanza a la Gran Manzana hizo que aumentara de peso, y cuando esto se convirtió en un problema serio para su salud, decidió tomar cartas en el asunto, cenando de forma saludable y haciendo ejercicio tres veces por semana, pero sin renunciar a la pizza.
Pero no se trata de cualquier pizza. Es importante elegir la masa adecuada, una que esté hecha solo a base de harina, agua, levadura y sal. La receta tradicional suele dejarse fermentar varias horas y, en este proceso, la levadura elimina parte de la glucosa, dejando solo los hidratos de carbono complejos, que se procesan más lentamente que los simples y son más saciantes.
Los ingredientes que seleccionemos para añadirle también son clave, siempre será mejor elegir el mayor número de vegetales posibles y evitar los embutidos, como el jamón cocido. Si la salsa de tomate que empleamos para prepararla es también casera, estaremos eliminando otros ingredientes poco saludables de nuestra dieta.
Pasquale lo tenía claro y apostó por una pizza sencilla pero deliciosa: sobre la tradicional salsa de tomate, añadía mozzarella, albahaca y unas gotas de aceite de oliva. Esta es la pizza que comía a diario y con la que logró su pérdida de peso, aunque lo acompañaba de una cena rica en pescado y vegetales y ejercicio físico de forma habitual, recoge Vanitatis.
Así, en el marco de una dieta saludable, en la que estén presentes todos los nutrientes necesarios, se puede disfrutar de este delicioso plato escogiendo su versión más sana.
Sin embargo, por muy apetecible que esta dieta nos parezca, cada persona es diferente y lo que ha funcionado para unos, no tiene por qué producir los mismos resultados en todos.
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