Transcurrieron seis días desde que el Volcán Poás presenta actividad en su cráter, situación que ha golpeado la salud de hasta cinco cantones. La fuerza del viento ha logrado esparcir un fuerte olor a azufre y la caída de cenizas, que muchos de los casos ha provocado dolor de cabeza, náuseas, dolor de garganta e irritación de los ojos. Según el testimonio de los ciudadanos afectados, en las últimas horas la afectación se ha reducido y confían que la situación se normalice lo más pronto.