Pese a que sabía que el tiempo máximo para tener los lentes de contacto puestos era de 8 horas, Meabh McHugh-Hill excedió el tiempo por 2 horas, suponiendo que nada le pasaría, pero las cosas no salieron como pensaba.
Al quitarlos un pedazo de su córnea y además arruinó sus posibilidades de someterse a una cirugía láser para arreglar su vista.
Sus ojos se secaron demasiado y los lentes de contacto se adhirieron a su superficie.
“Apurada, tomé mi ojo como lo hago normalmente para sacar el lente de contacto. Pero lo debí haber hidratado primero, porque esta vez mi ojo estaba tan seco que el contacto se había pegado a mi globo ocular. Fui tan, tan, suertuda. Pude haber perdido la vista”, declaró la joven al medio Metro.Co.Uk.
La joven debió ser hospitalizada por una semana, en un cuarto en medio de la oscuridad, ya que la luz acrecienta el dolor.
“No me di cuenta de lo peligrosos que podían ser los lentes de contacto si tus ojos no están hidratados”, agregó.
Ahora la joven tendrá una cicatriz en su ojo y no podrá ser sometida a una cirugía.