La fuerte corriente del río Tárcoles, debido a la estación lluviosa, hace que playa Guacalillo quede cubierta de tronos, recipientes plásticos y cualquier tipo de basura. Esto no se ha podido frenar. Quienes viven allí tratan de organizarse para limpiar y vender lo que pueden reciclar, pues en quincena recogen unas cinco toneladas de desechos.