Hoy se vivió un partido muy especial en Burdeos. El Clásico de Europa y el más disputado en el mundo tras el de La Plata (Argentina vs Uruguay). Austria y Hungría revivían una vieja rivalidad que ya ha tenido 138 duelos. El último se lo ha llevado Hungría, porque sencillamente han sido mejores, a pesar de no tener la calidad técnica de los austríacos.
Los húngaros se sobrepusieron a un inicio fulgurante de Austria, liderados por un Alaba que se fue diluyendo con el paso de los minutos. Durante la primera parte acumularon más posesión pero sin ninguna profundidad. Hungría tocaba y tocaba de un lado a otro, esperando alguna genialidad de sus brillantes mediapuntas Dzsudzsák y Kleinheisler, pero apenas inquietaron al meta austríaco Almer.
En el segundo tiempo pronto cambió el panorama. Una gran combinación entre Kleinheisler y Sazalai fue aprovechada por el 9 para abrir el marcador. El delirio llegó a las gradas húngaras, que no celebraban un gol en Europa desde hacía 44 años. Minutos más tarde, fue expulsado el defensa de Austria Dragovic, lo cual afianzó la superioridad de Hungría.
Los austríacos intentaron sin éxito empatar el partido, hasta que Stieber se quedó solo delante de Almer y definió con un balón picado. 0-2 para Hungría y triunfo en el retorno de un histórico a la Euro. Por su parte, Austria decepcionó sobremanera tras una fase de clasificación impecable.