“He abandonado la lucha”, dice Mauro Morandi, un italiano de 81 años que se ha hecho famoso por vivir en Budelli, una isla desierta en el norte de la región de Cerdeña (Italia), a la que llegó hace 32 años.
Morandi finalmente cedió a las presiones de las autoridades del Parque Nacional de La Maddalena, que hace años han estado intentando desalojarlo, con el argumento de que construyó su casa sin los permisos necesarios.
“Después de 32 años aquí, me da mucha pena irme. Me han dicho que tienen que hacer obras en mi casa y esta vez parece que es de verdad”, dice Morandi en conversación con The Guardian.
Conocido como “Robinson Crusoe italiano”, llegó en 1989 luego que su catamarán tuviera un percance y los vientos lo arrastraron hasta esa isla.
Al enterarse de que la persona encargada de cuidar el lugar dejaría su puesto en dos días, Morandi no lo pensó dos veces y se ofreció para ser el único habitante del lugar, ya que hace tiempo estaba hastiado de la sociedad.
Desde ese entonces, el hombre ha vivido desconectado del mundo, sin radio, ni televisión. Solo usa Internet y las redes sociales para documentar las bellezas de su isla.
“Yo he estado siempre solo, el año pasado no vi a nadie durante seis meses”, explicó a los medios italianos.
En 2016 las autoridades italianas ya habían intentado desalojar a Morandi, sin embargo, una petición popular firmada por 18.000 personas logró evitar el desalojo.
Sin embargo, esta vez la historia es distinta y el hombre ya se prepara para vivir nuevamente en sociedad. Se instalará en un pequeño apartamento en la isla Maddalena.
“Viviré en las afueras de la ciudad principal, así que sólo iré allí para comprar y el resto del tiempo me mantendré al margen. Mi vida no cambiará demasiado, seguiré viendo el mar”, afirmó.
Morandi confiesa que su decisión de dejar la isla se debe a que ha conocido a una persona, de la que cree que se ha enamorado.
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