La UEFA ha lamentado en una nota las “escaramuzas” de los ‘hooligans’ en Lille y en el estadio de Pierre-Maouroy. Pero lo cierto es que esta Eurocopa de Francia 2016, marcada por las amenazas terroristas de índole yihadista, que lamentablemente se han cumplido con el terrible asesinato de un matrimonio de policías en Magnaville, tiene una larga sucesión de hechos violentos.
Tras sólo una semana de torneo, la policía francesa ya ha detenido a 323 seguidores de varios equipos por diversos enfrentamientos, robos, daños materiales y violencia callejera, según anunció el Ministerio del Interior galo. “Entre las personas detenidas, 196 quedaron retenidas para averiguación de antecedentes y ocho de ellas fueron condenadas a penas de prisión efectiva y otras tres a prisión en suspenso”, añadió el Ejecutivo francés en un comunicado de prensa, sin dar más precisiones. Veinticuatro personas, de ellas 20 arrestadas en Marsella y otras cuatro en Lille, fueron expulsadas del territorio francés, precisaron fuentes oficiales.
Hasta la fecha, el torneo que concluye el 10 de julio se está viendo manchado por disturbios y actos de violencia por parte de ‘hooligans’ principalmente, como ocurrió el sábado pasado en Marsella con ocasión del partido Inglaterra-Rusia (1-1), que dejó un balance de 35 heridos, uno de ellos en estado crítico, y varios detenidos. Ya se conoce que Alexander Chpryguin, presidente de la asociación de hinchas rusos de fútbol, será expulsado de Francia el próximo lunes, junto con otros 19 rusos detenidos por la violencia desatada.
Chpryguin fue trasladado, junto con sus 19 compatriotas, a “un centro de retención”, comunicó este grupo en Moscú. “Forma parte de los rusos que serán expulsados”, confirmó en Francia a la AFP una fuente cercana al caso.