El gobierno de El Salvador se defendió de las críticas por la construcción de la macrocárcel de ese país.
La cárcel nombrada como Centro de Confinamiento de Terrorismo (CECOT) se inauguró como medida contra la violencia protagonizada por las maras o pandillas callejeras.
El ministro de Seguridad y Justicia de El Salvador, Gustavo Villatoro, calificó la cárcel como “el monumento más grande de este país a la justicia“.
Con una capacidad para 40 mil reos, la cárcel, según dijo uno exrecluso, da la bienvenida a los reos con la frase “bienvenidos al infierno“.
Esta macrocárcel no tiene patio ni áreas de recreo y afianza el discurso del presidente Nayib Bukele de darle mano dura a los delincuentes.