El magistrado Salvador Roig Tejedor, titular del Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona, ha declarado culpable al futbolista Hugo Mallo por un caso de abuso sexual.
El jugador del Celta de Vigo fue acusado de haber realizado tocamientos inapropiados a la persona que, disfrazada de ‘periquita’, trabajaba como mascota del Espanyol durante un partido entre ambos equipos en 2019.
El incidente ocurrió justo antes del inicio del encuentro, cuando Mallo aprovechó el tradicional pasamanos entre los jugadores para tocar los pechos de la persona disfrazada de ‘periquita’.
El jugador ha negado estos hechos en varias ocasiones, manteniendo su inocencia.
La sentencia y la indemnización
Según el diario AS, el juez ha determinado que Mallo deberá pagar una indemnización de 1.000 euros más intereses en concepto de daño moral.
La sentencia establece además un pago de diez euros diarios durante un periodo de 20 meses.
La denuncia fue presentada el 25 de abril de 2019, un día después del partido entre el Espanyol y el Celta de Vigo.
En ella, se detalla que Mallo, al llegar a la altura de las mascotas, saludó de manera habitual al ‘periquito’, pero cuando se acercó a “Ana” (nombre ficticio para proteger la identidad de la denunciante), que estaba disfrazada de ‘periquita’, introdujo las manos bajo el disfraz y le tocó los pechos.
La defensa de Hugo Mallo
Mallo, quien fue citado a declarar el 10 de julio de 2019, negó rotundamente los hechos.
Según el relato de Diario AS, el jugador explicó que su saludo fue completamente normal, tanto hacia los futbolistas como hacia las mascotas, y que desconocía el género de quien estaba disfrazado de ‘periquita’.
Afirmó que estaba concentrado en el partido, en el que el Celta de Vigo se jugaba el descenso, y que no reparó en si la mascota había retrocedido durante el saludo.
En su declaración, Mallo también sostuvo que el video del incidente no muestra ningún movimiento inusual de su parte y que, tras el saludo, se dirigió directamente a realizar ejercicios de calentamiento.
Añadió que era consciente de que el partido estaba siendo transmitido por televisión y se jugaba ante miles de espectadores y cámaras en directo, por lo que no tendría sentido actuar de manera inapropiada.
A pesar de su defensa, la justicia ha fallado en su contra, condenando al futbolista por abuso sexual.