Los especialistas de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), la autoridad responsable de las pesquisas sobre seguridad en la Aviación Civil francesa, viajarán en un vuelo nocturno, como el del aparato siniestrado, que llevaba 66 personas a bordo, entre ellos 30 egipcios y 15 franceses.
"La BEA podrá aconsejar a las autoridades egipcias principalmente de cara a la organización de las búsquedas submarinas con vistas a localizar el avión y las cajas negras", dijo el organismo, que participa en las pesquisas en calidad de representante del país fabricante del avión.
La aeronave volaba a una altura de 37.000 pies (11.000 metros) y desapareció de los radares a las 00:45 GMT (02:45 en París y El Cairo), poco después de entrar en el espacio aéreo egipcio. Parte de sus restos han sido hallados cerca de la isla griega de Kárpatos.
Los equipos de rescate han localizado ya sobre el mar Mediterráneo, a unas 200 millas al sureste de la isla griega de Creta, los primeros fragmentos del aparato, que cayó sin que por ahora se conozcan las causas.
El ministro de Aviación egipcio, Sharif Fathi, dijo hoy en una rueda de prensa que la posibilidad de que una acción terrorista esté detrás del siniestro es más elevada que la de un fallo técnico, pero dejó claro que ambas son hipótesis en estos momentos