La selección de fútbol de Hungría ha recibido una multa de 158.416 libras esterlinas (unos 216.000 dólares) y tendrá que jugar un partido a puerta cerrada a consecuencia del comportamiento racista de sus aficionados durante un partido de las eliminatorias al Mundial de Catar 2022 disputado a principios de este mes.
La decisión fue tomada por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) después de una investigación sobre abusos racistas a los jugadores británicos Raheem Sterling y Jude Bellingham en la victoria 4-0 de Inglaterra sobre el equipo húngaro del pasado 2 de septiembre, recoge el diario Sky Sports.