Su canto madrugador dejó de sonar y fue reemplazado por un deprimente silencio, esa sensación que es inevitable de sentir en la casa de la familia Elías, los dueños de “Gallito”, un gallo silkie japonés que formaba parte del hogar como mascota. El animal se perdió en el barrio Luján y mantiene en la tristeza a dos adultos mayores que piden a la ciudadanía que les den aviso si lo reconocen.