Los calificativos de “aberrante” y “salvaje” fueron los usados por las autoridades que coordinaron la intervención de agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a al centro de atención que dirigían las “Hermanas del Perpetuo Socorro”, una presunta organización religiosa que tenía a cargo niños y menores de edad en desahuciados.
Según Randall Zúñiga, director del OIJ, los niños eran sometidos a torturas como introducir las manos en agua con hielo o estar expuestos al sol por tiempos prolongados. El centro está ubicado en Alajuela y recibe el 40% de financiamiento proveniente del Estado.
Cabe indicar que, luego del allanamiento, al lugar llegó Edgar Rodríguez, director fundador del recinto, pero negó todas las acusaciones que recaen sobre una madre superiora y otras supuestas religiosas.
Finalmente, el Ministerio Público, evalúa la imputación de los delitos de tortura, trata de personas con fines de explotación laboral, ejercicio ilegal de la profesión, malversación de fondos, peculado y enriquecimiento ilícito, como los delitos que cometieron.