Este lunes se dio a conocer que el exbasquetbolista Dikembe Mutombo falleció a los 58 años de edad como resultado de un cáncer en el cerebro.
La leyenda será recordada no solo por su destacado desempeño en la cancha, sino también por su trabajo humanitario fuera de ella.
Nacido el 25 de junio de 1966 en la República Democrática del Congo, Mutombo llegó a la NBA en el Draft de 1991, siendo elegido por los Denver Nuggets. Con una estatura de 2,18 metros, se destacó como un defensor imponente.
Mutombo jugó 18 temporadas en la NBA, en equipos como los Denver Nuggets, Atlanta Hawks, Philadelphia 76ers, New Jersey Nets, New York Knicks y Houston Rockets.
Durante su carrera, fue seleccionado para el Juego de las Estrellas en ocho ocasiones y ganó el premio al Mejor Jugador Defensivo del Año en cuatro ocasiones (1995, 1997, 1998 y 2001).
Se retiró oficialmente de la NBA en 2009, después de sufrir una lesión en la rodilla durante los playoffs con los Houston Rockets.
Más allá de las canchas, fue conocido por su labor humanitaria. Creó la Fundación Dikembe Mutombo en 1997, cuyo objetivo principal era mejorar la atención médica en su natal Congo. En 2007, abrió el Hospital Biamba Marie Mutombo, uno de los centros médicos más avanzados de la región, en honor a su madre.
La NBA destacó el impacto que tuvo la leyenda dentro y fuera de la cancha. “Dikembe Mutombo era simplemente más grande que la vida misma. En la cancha, fue uno de los mejores bloqueadores de tiros y jugadores defensivos en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, entregó su corazón y alma para ayudar a los demás”.
El comisionado de la NBA concluyó con las siguientes palabras: “El espíritu indomable de Dikembe sigue presente en aquellos a quienes ayudó e inspiró a lo largo de su extraordinaria vida. Soy una de las muchas personas cuyas vidas fueron tocadas por el gran corazón de Dikembe y lo extrañaré mucho. En nombre de toda la familia de la NBA, envío mis más profundas condolencias a la esposa de Dikembe, Rose, y a sus hijos; así como a sus muchos amigos y a la comunidad mundial del baloncesto a la que realmente amaba y que lo amaba a él”.
Hoy, el mundo recuerda no solo a un gigante del deporte, sino a un hombre que dedicó su vida a mejorar la de los demás, especialmente en su país de origen. Una leyenda que vivirá por siempre.