Los varios minutos que demoró en morir, el reo ejecutado con gas de nitrógeno, ha generado controversia en el mundo. Entre opiniones divididas destacan las de los activistas que aseguran que el método es una tortura. Sin embargo, las autoridades estadounidenses consideran que las reacciones del cuerpo están dentro de lo previsto y este tipo de ejecuciones continuará, pues reemplazará a la inyección letal.