Ella es contadora de profesión, pero dejó los números de lado para enfocarse a lograr un sueño que sus abuelitas no pudieron realizar, pues ella quiso hacerle honor al legado de sus abuelas, como lo es el amor por la cocina y la repostería. Adriana hace algunas variantes de la repostería, pues es sin azúcar por un diagnostico medico que le impide comer los postres habituales.