En el marco de conmemoración del Día Mundial de los Defectos del Nacimiento (3 de marzo), especialistas del San Juan de Dios resaltan la importancia del control prenatal para detectar Síndrome de Down, malformaciones del corazón, alteraciones urinarias o del sistema nervioso central, así como ausencia de alguna extremidad u órgano vital.
De acuerdo con el doctor Joaquín Bustillos Villavicencio, jefe de la Sección de Obstetricia del San Juan de Dios y especialista en medicina Materno-Fetal, los defectos del nacimiento pueden ser de origen genético, infeccioso o ambiental.
“Usualmente estos tres factores combinados afectan órganos tan importantes como el cerebro, el corazón y los riñones. Lo importante es ir descartando y ver si se puede tratar o no, ya sea a través de medicación o intervención intrauterina, que es una cirugía que se le realiza al feto mientras todavía se encuentra en el vientre materno”, señaló el especialista.
Por esta razón, el San Juan de Dios cuenta con un Plan de Atención de Alteraciones Cromosómicas, como medida de detección prenatal, basado en un método de tamizaje (diagnóstico) y análisis por ultrasonido para valorar si hay presencia de algún tipo de riesgo cromosómico.
A la pacientes cuando cursan su primer trimestre de embarazo se les realiza diferentes estudios médicos para evaluar si existe algún tipo de situación, y en n caso de existir riesgo, se realizan pruebas complementarias para confirmar la presencia de alguna anomalía congénita.
De esta manera se aborda la situación desde mucho antes de que nazca el bebé, esto permite planificar los controles médicos posteriores, como cirugía o rehabilitación, así como el acompañamiento con distintos especialistas del hospital como trabajo social, psicología y en cuando la afectación es incompatible con la vida, se coordina con cuidados paliativos.
Según indica el doctor Bustillos Villavicencio si bien es cierto que los trastornos genéticos no se pueden evitar, es importante intervenir desde el inicio del embarazo con un abordaje completo del mismo, a través de recomendaciones como:
• Temprano control prenatal.
• Adecuada nutrición.
• Educación en salud.
• Evitar uso de sustancias tóxicas.
• Evitar fumar o tomar.
“En un hospital de referencia, como lo es el San Juan de Dios, la tarea no solo se basa en detectar las anomalías congénitas a tiempo, sino darle el respectivo seguimiento y eventualmente ofrecer algún tipo de respuesta, ya sea preventiva o paliativa”, aseveró el especialista.
La anomalía congénita es todo aquel trastorno, alteración, defecto o deformidad que puede tener un bebé al momento de nacer y que está presente desde el embarazo., muchas son físicas, pero hay otras que conllevan alteraciones funcionales como por ejemplo el autismo y sus variantes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo afecta a uno de cada 33 bebés y causan 3,2 millones de discapacidades al año. Se calcula que cada año 276.000 recién nacidos fallecen durante las primeras cuatro semanas de vida en el mundo debido a anomalías congénitas.