París Saint Germain está a unas pocas horas de iniciar su temporada oficial con una final ante el Nantes.
Sin embargo, la conformación del plantel está en pleno proceso de la mano del flamante entrenador Christophe Galtier.
El nuevo conductor había avisado su decisión de reducir considerablemente el número de profesionales y hasta relegó a cinco figuras de la gira por Japón en una decisión que generó ruido por la talla de futbolistas marginados.
Pero su tarea no terminó ahí: separó al defensor alemán Thilo Kehrer durante las últimas horas.
Desde el inicio del nuevo proceso, las versiones ya indicaban que el director deportivo Luis Campos y Galtier iban a dividir los grupos de trabajo con la idea de marcar las diferencias entre los que eran considerados y los que no.
Eso también buscaba la intención de quebrantar cualquier voluntad de permanecer “en su comodidad”, como mencionó tiempo atrás el presidente Nasser Al-Khelaïfi.
“El que quiera quedarse en su comodidad, el que no quiera pelear, se quedará a un lado.
La posición del PSG es clara: los jugadores que no formen parte del proyecto tendrán que irse.
Algunos se aprovecharon de la situación, ahora se acabó”, planteó con indignación por entonces el líder del club en una nota con Le Parisien.
El arribo de Galtier sirvió para marcar esa línea de conducción.
Un técnico sin concesiones que desde el primer día avisó que iba a depurar la plantilla y que impuso reglas claras de convivencia.
El primer paso de la planificación se realizó cuando bajó del avión rumbo a Japón a Layvin Kurzawa, Julian Draxler, Georginio Wijnaldum, Ander Herrera y Rafinha.